domingo, 4 de agosto de 2013

AFROCOLOMBIANIDAD MAYO 2013


INSTITUCIÓN EDUCATIVA  EL DIAMANTE 




AFROCOLOMBIAN@






El término afrocolombiano se utiliza para denominar aquellas personas que habitan en Colombia, descendientes de aquellos que fueron traídos como esclavos de África por los colonizadores españoles.







 Ganaron la libertad en 1851 tras la abolición de la esclavitud en Colombia. Desde su llegada han contribuido enormemente a la cultura del país.

Hacia mediados del siglo pasado la población negra se encontraba en su mayoría en las dos costas: en los departamentos del Pacífico (ChocóValleCauca y Nariño) y en los de la costa Caribe (BolívarAtlánticoMagdalena). En el último medio siglo un sector numeroso de la población negra se ha asentado en las principales ciudades del país.





 Los afrodescendientes representan el 10,6% de la población colombiana. Las cifras de auto reconocimiento indican también que un 72% de la población negra se localiza en las cabeceras municipales. 


Las ciudades con la mayor población negra son Cali (542.936), Cartagena de Indias (319.373), Buenaventura (271.141), Medellín (137.988), Barranquilla (116.538), Tumaco (129.491), Quibdó (100.007), Turbo (99.274), Bogotá (97.885) y Riohacha (44.899).   



El arte de cocinar es parte notable de la identidad de los pueblos afrocolombianos. La sazón de la comida de los litorales y de los valles en donde habitan se destaca por la fina mezcla de aromas y sabores combinados con sensibilidad e imaginación.






Sus cocinas se engalanan con toda clase de utensilios, elaborados especialmente para cernir, rayar, escurrir, moler, picar, adobar o servir. Bateas, pilones, rallos y susungas danzan entre las manos de las mujeres afrocolombianas para deleitar cada día con sus arroces encocaos, alegrías de millo, quesos fritos, rondones y mil delicias más.





La riqueza vegetal y animal de las regiones habitadas por los pueblos afrocolombianos se refleja en sus dietas cotidianas. Las preferencias culinarias son tan variadas como los mismos ecosistemas en los cuales han desarrollado sus culturas. No obstante esta inmensa cobertura geográfica, ciertos gustos, aromas y modos de preparación son comunes entre la gente afrocolombiana que habita lugares tan distantes entre sí como el Archipiélago de San Andrés, en el Caribe, y Guapa, en la costa Pacífica de Nariño. Permanencias de memorias antiguas, sin duda ligadas al África y al periodo esclavista, en el cual la dieta alimenticia era en buena parte controlada por los amos.




 









Sus cocinas se engalanan con toda clase de utensilios, elaborados especialmente para cernir, rayar, escurrir, moler, picar, adobar o servir. Bateas, pilones, rallos y susungas danzan entre las manos de las mujeres afrocolombianas para deleitar cada día con sus arroces encocaos, alegrías de millo, quesos fritos, rondones y mil delicias más.



 





Innovaciones e incorporación de productos, sabores y olores adoptados en el contacto con otras poblaciones. Bosques, ríos y mares figuran como los principales escenarios de aprovisionamiento, lo mismo que las tierras cultivadas y los pastizales en donde crece el ganado.























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